De esta manera, los tés rojos y negros se producen con hojas que están muy oxidadas, a ello deben su color más oscuro. Sin embargo, en otras variedades, como en el té verde, las hojas no han fermentado todavía, de ahí que tengan un tono similar al de la planta fresca. En el caso del té blanco, su elaboración se realiza con las hojas más jóvenes de la Camellia sinensis, sin haber sido sometidas al habitual proceso de oxidación.
Curiosamente, el té blanco es uno de los tipos de té menos populares y, sin embargo, presenta un sabor mucho más suave para el paladar y unos beneficios muy destacados que comentaremos a continuación.
¿Qué hace especial al té blanco?
Se trata de una bebida originaria de China, cuyo nombre se atribuye a los pequeños vellos blancos que envuelven los brotes del té.
Cuentan las leyendas sobre emperadores y jóvenes guerreros asiáticos, que esta variedad nació vinculada a la inmortalidad y a sus propiedades milagrosas.
Pero alejándonos de estas leyendas, lo cierto es que el té blanco se cosecha generalmente en primavera, de manera que los brotes más tiernos de la planta son recogidos y sometidos a un cuidado proceso de secado mediante luz y aire. El proceso hace que esta variedad tenga unas propiedades muy particulares, así como un sabor suave y delicado. A estas peculiaridades, se suma el hecho de que diversos estudios apuntan a que tiene más propiedades antioxidantes que otras variedades y que esto podría estar relacionado con concentraciones más altas de varios de sus componentes principales.
¿Cuáles son las propiedades del té blanco?
Según el estudio “A minireview of effects of white tea consumption on diseases” de la
Lokman Hekim University de Ankara (Turquía), “los polifenoles en el té han demostrado ser efectivos en la salud humana a través de estudios. Hay algunas consideraciones de que el té blanco, que tiene un alto contenido de polifenoles, puede ser beneficioso debido a esta propiedad”. Este mismo artículo hace referencia concreta a los efectos protectores del té blanco contra el estrés oxidativo, un proceso en el que el deterioro de las células puede provocar dolencias de distinta índole y aquí reside concretamente uno de los beneficios del té blanco.
Esta misma conclusión extrae otro estudio realizado en 2015 en la Facultad de Medicina de la Universidad de Murcia, en el que se concluye que “la ingestión a largo plazo de té blanco contrarresta los efectos oxidativos de la adriamicina, incrementando la capacidad antioxidante y disminuyendo los marcadores de oxidación proteica y lipídica en todos los órganos analizados (hígado, corazón, cerebro y riñón)”. Lo que vuelve a confirmar las propiedades del té blanco para evitar el deterioro celular.
¿Tiene teína el té blanco?
Una de las principales dudas sobre el té blanco es si tiene teína. Al estar menos procesado que otras variedades, el té blanco tiene una menor cantidad de teína que otros como el té rojo o el té negro, por ejemplo, cuyo proceso de oxidación es más alto. Las hojas del té blanco suelen estar más tiernas por lo que tiene una menor incidencia en el sistema nervioso que otros tipos.