El gusto, el aroma y el color de la infusión son decisivos en la calidad. Estos criterios dependen: del país de procedencia, de la zona de cultivo, de la situación de la plantación, de la calidad del terreno, de la elaboración e incluso de la fecha de cosecha. Las plantas de cultivos vecinos, incluso aquellos del mismo cultivo que son cosechados con unos días de diferencia, pueden distinguirse claramente los unos de los otros.
La variedad de diferentes tipos de ingredientes es por consiguiente enorme. La labor de los catadores es seleccionar los mejores dentro de esa inmensa variedad.
Los catadores poseen un gran desarrollo del sentido del gusto. Es ante todo en la primera cosecha y en el periodo de compra, que va de abril hasta finales de agosto, cuando el catador realiza diariamente hasta 500 catas. La degustación sólo dura unos pocos segundos, y tras ello el catador sabe si un té armoniza o no con una mezcla de té concreta.