Granada
Punica granatum L.
Recomendaciones
La pulpa de la granada se ha empleado tradicionalmente para elaborar jarabe de granadina para tratar afecciones de garganta. Por otra parte, el zumo de la granada se emplea como coadyuvante en el tratamiento de la hipertensión, la diabetes, las dislipidemias y la artritis.
Acciones farmacológicas
La corteza del fruto tiene constituyentes que favorecen la acción antibacteriana y astringente. El zumo de los arilos de la granada tiene propiedades antioxidantes, antiinflamatorias, anticancerígenas, antimicrobianas y antihipertensivas.
El fruto del granado ha demostrado, por su componente principal, el ácido punícico, presentar efectos beneficiosos en la diabetes tipo 2.
Modo de empleo
El fruto del granado puede ser ingerido como alimento sólido, en zumo o infusión. La corteza del fruto la raíz o tronco puede ser consumida en decocción.
Precauciones
La corteza de la raíz y del tronco de la planta, presenta cierto grado de toxicidad, pudiendo producir vértigos y problemas visuales. Los alcaloides tienen actividad curarizante por lo que no deben emplearse en estado puro.